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Amaya
1952, regia di Luis Marquina
Scheda: Nazione: Spagna - Produzione: Producciones Cinematográficas Hudesa - Distribuzione: CIFESA (Compañía Industrial Film Español S.A.) - Soggetto: dal romanzo Novela Amaya o los vascos del siglo VIII di Francisco Navarro Villoslada e dall'opera di Guridi con libretto di José María Arroita-Jáuregui - Sceneggiatura: J. Luis Albéniz, Jesús Azcarreta, Luis Marquina - Fotografia: José F. Aguayo, Heinrich Gärtner (Enrique Guerner) - Montaggio: Magdalena Pulido - Scenografia: Luis Pérez Espinosa - Musiche (non originali): Jesús Guridi - Formato: B.N. - Durata: 110' (91').
Cast:
Manuel Aguilera, Mariano Alcón, Rafael Arcos, José Bódalo, Susana Canales, Benito Cobeña, Félix Dafauce, Ramon Elias, Francisco Hernández, Arturo Marín, Manolo Morán, Armando Moreno, Miguel Pastor, Mónica Pastrana, Julio Peña, Francisco Pierrá, Pedro Porcel, Rafael Luis Calvo, Santiago Ribera, Lucía Rodrigo, Porfiria Sanchiz, Eugenia Zúffoli.
Plot Summary, Synopsis, Review: IMDb - cervantesvirtual.com - web.usal.es - culturalianet.com - teletexto.com - hoycinema.com - carteles.metropoliglobal.com: «Con un cierto paralelismo "intencional" con la película italiana La corona de hierro [La corona di ferro], Amaya posee una imnegable fluidez narrativa (teniendo en cuenta que los films pseudohistóricos, peplum, del cine americano de la época solo sobresale por sus fastuosos presupuestos, avalados por directores prestigiosos que actuan de oficio para las productoras. La trama histórica, de la que en realidad no poseemos información documental, posee una peciliaridad interesante dentro de la temática historisista usual en el cine, aunque ciertamente sea la puesta en escena de una novela anterior. Al parecer, los visigodos poseían parte del actual Pais Vasco, sobre todo en la zona de Álava, donde los señoríos, regidos por un señor usufructuario temporal, en principio, de un lote de tierras, trabajadas por siervos, especie de "ilotas"micénicos, y poseedor de ejército propio, es a la vez una característica de los pueblos de guerreros profesinales, asociada tradicionalmente con los indoeuropeos y es a la vez el origen de la sociedad feudal. Su Estado incipiente donde la monarquía hereditaria debe ser refrendada por la asanblea de "los pares" no está lo suficientemente instalada institucionalmente como para que otros señores aspiren a instaurar sus propias dinastías. [...] Frente al monarca están los "iguales", visigodos por linenea paterna, quines no renuncian a su privilegios de electores en la asenblea de guerreros. De aquí dos consecuencias posibles: la primera, la potestad de "desreinarse" si el Rey no cumplíese sus compromisos, conservada en los fueros vascos aún el siglo XVI [...]. La segunda, la formación de una especie de casta, los fijosdalgo, hijosdalgo, hidalgos, cuya significación semántica a ido sufriendo diversas transformaciones a lo largo de la historia y la literatura española, en la medida que dicha casta se descomponía en cuanto que tal, hasta convertirse en un arquetipo, en ocasiones ridículo (sobre todo en la literatura del XVI), pero fundamentalmente altisonate: persona cabal, desprendia, defensora del honor tanto propio como ajeno, adusta, valiente aun sin posibilidad de éxito, de "palabra" incuestionable y con firme convicción del deber por encima de las covenciones. Esta casta tubo que competir políticamente, obvbiamente sin ninguna posibilidad dado su caracter irreductible, con la nobleza formada en los incipientes reinos cristianos, donde es el Rey quien designaba por libre voluntad a sus propios comensales y meritorios, con títulos hereditarios, siempre que se plegasen a su voluntad...» (Miguel Castilla).